La huella Espectronica
¿EL FUTURO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA?
Garantizar la autenticidad de los productos alimenticios y las materias primas utilizadas a lo largo del proceso de producción es una de las prioridades de la industria alimentaria y de las Administraciones que velan por el cumplimiento de las normas en cuanto a seguridad alimentaria.
Como consecuencia de esta realidad existe una demanda de técnicas rápidas que permitan aumentar los controles de calidad y seguridad en los alimentos. Las técnicas analíticas de referencia son lentas y sus costes elevados, y en algunos casos los controles se realizan a muestras aleatorias no siempre totalmente representativas del conjunto de lotes de producto.
Actualmente la investigación se dirige al desarrollo de nuevas técnicas rápidas de control, entre las que destacan aquellas que permiten obtener una huella espectrométrica característica del alimento. De hecho, en el Global Food Safety Congress 2016 —celebrado del 29 de febrero al 3 de marzo en Berlín— las tecnologías basadas en huella espectrométrica despuntan por su relevancia en la prevención del fraude y la autenticidad de los productos alimenticios.
Pero, ¿en qué consiste y cómo funciona? Los expertos de AINIA Centro Tecnológico, especialistas en seguridad alimentaria, lo explican.
La huella espectrométrica es una representación gráfica que muestra cómo se distribuye la energía en función de una magnitud que puede darse de forma diferente. Así, por ejemplo, existen diferentes técnicas o instrumentos que permiten obtener un espectro. Entre las más conocidas y empleadas está la espectroscopía infrarroja, que se basa en la absorción de la luz en diferentes longitudes de onda. Otra de las técnicas que se está utilizando actualmente es la espectroscopía de masas, en la que se obtiene una representación de los distintos compuestos según la relación entre su carga y su masa.
Aunque estas técnicas son algunas de las más utilizadas hoy en día, hay una gran diversidad de investigaciones con otras técnicas que muestran el gran potencial que en la actualidad tiene la huella espectromética para el control de la calidad y la seguridad alimentaria en la industria, y cuyo desarrollo, si todavía es incipiente, se prevé con gran impacto en el contexto de los próximos años.
Proyectos en marcha
Y algunos proyectos están potenciando aún más su desarrollo, como el proyecto europeo EDEN para la prevención de riesgos emergentes y gestión de crisis de seguridad alimentaria, en el que están trabajando diversas empresas europeas y entre ellas AINIA, que pretende aumentar la prevención y la eficacia en la actuación frente a amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares (amenazas tipificadas como CBRN) en el marco de la UE.
El trabajo que se está realizando está centrado en la generación de nuevas metodologías que puedan asegurar que la cadena alimentaria en todas sus etapas de procesado y distribución de alimentos puede resistir contaminaciones intencionadas.
O como el Premio Horizon ‘Foodscanner’, otro ejemplo del gran interés actual por dar impulso a nuevas tecnologías de control de los alimentos, que tiene como objetivo lograr el desarrollo de un sensor espectrofotométrico en el infrarrojo cercano de alimentos que aporte una solución móvil y analice con precisión, rápida y eficientemente la composición de los alimentos, arroje información nutricional sobre los mismos y localice los ingredientes potencialmente dañinos, como los alérgenos.
Desde AINIA se ha estado trabajando en el proyecto FOODSCAN, financiado por el IVACE con apoyo de Fondos FEDER. Una de las tecnologías empleadas en este proyecto es la visión hiperespectral. La huella espectral infrarroja de cada punto del alimento permite obtener un mapa con la composición química completa de toda la producción. Esto supone beneficios como son:
- Conocer la composición del 100% del alimento, con lo que podemos medir la calidad de productos frescos o procesados, comprobar la frescura, detectar defectos, así como evaluar la madurez en frutas y verduras, la humedad o el contenido en grasa, etc.
- Detectar materias extrañas en alimentos procesados, con lo que podremos descartar rápidamente la posible contaminación de una partida antes de que salga al mercado.
- Supervisar la integridad de los envases.